Los héroes olvidados: (Extracción)
Relato sobre el levantamiento del 2 de mayo. En honor a los héroes caídos.
12:00 de la mañana.
El granadino Juan Manuel Vázquez Afán de Ribera estaba lejos de su tierra natal aquella mañana del 2 de mayo de 1808 cuando escuchó los primeros disparos. El jovencísimo cadete del arma de infantería, integrado en la 30ª compañía del tercer batallón del regimiento de voluntarios de Madrid, salió a toda prisa de su habitación. Sus padres intentaron retenerlo, pero el exaltado ambiente en las calles y los gritos del paisanaje lo empujaron a salir para cumplir con su deber y unirse a su compañía de infantería en el cuartel de los voluntarios del Estado. Los lamentos desesperados de su madre se perdieron entre los chillidos de la turba a medida que su único hijo, sangre de su sangre, se alejaba apresuradamente por las callejuelas de Madrid.
Desde que las tropas francesas cruzasen los Pirineos para adentrarse en el país, con el pretexto de ayudar a España contra Inglaterra en Portugal, las fuerzas aliadas se habían ido asentando estratégicamente en diversas ciudades españolas –Burgos, Barcelona y Madrid, entre otras- mientras el corazón de los ciudadanos se iba soliviantando de desconfianza y de rencor. Los soldados franceses inundaban ahora las calles de Madrid y formaban parte de las autoridades locales. Esto no gustaba a los madrileños, que se veían forzados a convivir con las tropas extranjeras. El ambiente que se respiraba era muy tenso. Y fue la intención francesa de trasladar esa mañana del dos de mayo a la infanta y los rumores que corrieron sobre el verdadero propósito de Napoleón, de retener a la familia real para ceder la corona española a su hermano José Bonaparte, los que terminaron por desencadenar la rebelión del pueblo madrileño contra las autoridades francesas en un día de furia. Pero con diez mil soldados imperiales dentro de la ciudad de Madrid, veinte mil dispuestos en las afueras, otros veinte mil a sólo una jornada de marcha, y los tres mil quinientos soldados de la guarnición local española con órdenes directas de no apoyar al pueblo, los ciudadanos de la revuelta estaban indefensos frente a los franceses.
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